Tras cada desastre surgen nuevas oportunidades, y más aún, se brinda la oportunidad de repensar si lo que hacemos se puede hacer diferente, mejor.
Cuando las cosas van bien, no se toca. Cuando las cosas van un poco mal, no se toca no vaya a ser que vaya a peor. Cuando las cosas están muy mal, entonces es el momento de la disrupción, porque total, no tenemos nada que perder y sí mucho que ganar.
La pandemia nos ha puesto en la última situación. Miles de personas muriendo, millones de puestos de trabajo perdidos temporal o definitivamente, millones de persona sin poder desplazarse por peligro de contagio, empresas con las oficinas ocupadas el 50% del máximo permitido y el resto de trabajadores en casa…
Disclaimer: El artículo de hoy reflexiona sobre el futuro de los espacios de trabajo para aquellos roles que no obliguen a una presencia física en local u oficina.
El teletrabajador de oficina
En una comida con el VP de OVHcloud John Gazal, surgió un concepto sencillo con una fuerza tremenda: Las personas que van a la oficina a teletrabajar.
Durante años no se ha puesto en duda la organización de la fuerza de trabajo. Ni empleados ni empresas han retado el modelo presencialista porque era la base sobre la que se ha sustentado el mercado de trabajo, y porque no vamos a negarlo, las cosas no se tocan mientras vayan bien.
No se ha puesto en duda que muchos empleos se desarrollan de forma solitaria en un cubículo pequeño de una oficina dentro de un bloque lleno de otras muchas oficinas como la anterior. No se ha puesto en duda que aunque hubieran muchos empleados en una oficina, la mayoría de ellos no interactuaban. No se ha puesto en duda que aquellos que interactuaban tal vez lo hacían mucho más de lo recomendable. No se ha puesto en duda la normalización de las jornadas maratonianas en la oficina ante la entrega de un proyecto. No se ha puesto en duda si es sostenible que una persona vaya a la oficina a trabajar de forma individual el 90% de su tiempo y el 10% restante con un equipo. No se ha puesto en duda si es sostenible para la vida de los empleados y de las ciudades el hecho de estar en transporte público o privado entre 30 minutos y 2 horas al día para ir y volver a la oficina.
Desde hace años hay empresas que sí se plantearon esto, pocas, y pasaron a full remote, pero es ésta LA solución? diría que no, pero desarrollamos algo más adelante.
Hace muchos años las empresas sí que retaron el modelo organizativo imperante, ya que la limitación de la presencialidad les obligaba a contratar personas locales, y claro, el talento local es finito, de forma que una vez agotados los mejores talentos locales decidieron expandirse a otras geografías donde pudieran encontrar talentos para seguir nutriendo las necesidades laborales de la empresa. Así nacieron los primeros modelos de trabajo distribuidos donde los equipos trabajan en distintos proyectos según la localización, por lo que en realidad no llegaban a interactuar entre las distintas geografías. Algo más tarde se introdujo el trabajo cooperativo distribuido que facilitaba trabajar en el mismo proyecto a personas con una localización diferente, siendo ésta la puerta de entrada a lo que posteriormente conocimos como teletrabajo.
Llegó un momento en el que las grandes empresas, ante la imposibilidad de atraer más talento local y la política de tener a la mayoría de su plantilla concentrada en un inmenso campus, decidieron ofrecer a talentos de otras geografías un relocation a la ciudad donde la empresa tuviera el campus con el 100% de los gastos del movimiento cubiertos por la empresa.
Algunos entendieron que si podían trabajar con compañeros de la misma empresa pero localizados en la oficina de otro país, tal vez no importaba dónde estos se ubicaban en realidad, si en la oficina de Dubai, la de Madrid, Dublin, o en su casa. Pasamos al modelo ultra-remoto Digital Nomad.
La pandemia lo volvió todo del revés, forzó a las empresas que pudieron a teletrabajar para sobrevivir, y de esta forma pudieron mantener la actividad con vida y millones de puestos de trabajo se aseguraron sin riesgo para la salud de las personas, y con ello también se salvó la economía en base al modelo capitalista sobre el que está construido.
Hoy los empleados demandan algo más:
Oficina, híbrido o full remote? Vamos a visionar el futuro
En este artículo del visionario Enrique Dans, el autor lanza el siguiente planteamiento: “La posibilidad de, aprovechando la experiencia desarrollada durante los períodos de confinamiento, optimizar de una vez por todas las condiciones de trabajo de muchos empleados.” Me consta que muchas empresas lo están haciendo ya, bien.
Sigue el autor con el siguiente comentario que va a servir de lanzamiento de nuestro planteamiento: “Trabajar en modo distribuido no tiene nada que ver con ser asocial, ni con estar aislado. Tiene que ver con asignaciones lógicas de los recursos, con bienestar, con un balance más razonable entre trabajo y vida personal, y con la productividad que se deriva de ello. Tiene que ver con relaciones laborales gobernadas por la confianza y no por la autoridad. Si no lo has entendido aún, tendrás problemas. Aunque no lo creas. Si no eres capaz de pensar fuera de tu zona de confort, terminarán echándote de ella a patadas.”
Primera consideración:
Si no es bueno para la empresa, no es bueno para ti, porque sus resultados van a caer y tú después
Segunda consideración:
Si no es bueno para el empleado, no lo va a ser para la empresa, porque con la competencia salvaje actual por el talento técnico vas a encontrar un mejor trabajo en otro sitio
Corolario:
Sólo si es bueno para la empresa y para el empleado tenemos un juego de suma positiva
Disclaimer: El planteamiento que sigue sólo aplica a empresas cuyo modelo organizativo tiene en cuenta que para crecer hay que construir una cultura y hay que proporcionar bienestar al empleado al entender que para que una relación laboral sea fructífera ambas partes deben conseguir beneficios.
Por tanto, el futuro que aquí se visiona pasa por una organización laboral flexible en la que el empleado y la empresa mantengan un diálogo abierto sobre la mejor forma en la que ambas partes pueden sacar beneficio de la relación laboral.
En este ejercicio se apuesta por un modelo híbrido, flexible en todos sus planteamientos y que obligará a transformar los espacios físicos de las oficinas en un plazo medio-largo.
El teletrabajo no es para todo el mundo, porque hay personas que no son capaces de concentrarse estando en casa, o que no tienen una habitación específica para desarrollar su trabajo con calma, o que les causa angustia no tener una separación física entre su vida laboral y personal.
Trabajar en la oficina no es para todos, porque hay personas a las que les cuesta mantener relaciones sociales ‘ficticias’ en cierta forma, o porque les obliga a estar dos horas diarias en trasporte camino a la oficina y luego a casa, o porque directamente le han contratado en un lugar en el que no hay oficina física de la empresa.
La pandemia no tiene pinta que se vaya a marchar definitivamente pronto, por tanto seguiremos con las mascarillas y las medidas de seguridad durante un tiempo en adelante aún. Por ello los espacios en las oficinas no se ocuparán al 100% por un buen tiempo.
Existía miedo en el sector inmobiliario durante el comienzo de la pandemia, ya que el paso a full remote de la mayoría de empresas significaba que los trabajos podían realizarse sin la necesidad de estar en una oficina, y que tal vez las oficinas se iban a quedar semi desiertas, y que en un momento dado las empresas iban a decidir reducir este inmenso coste de estructura. De hecho durante la pandemia algunas empresas muy importantes anunciaron su paso a full remote.
Se equivocaron, no sólo no habrá crisis sino que habrá mucho movimiento alrededor de esto, pero claro, no con un modelo fijo de metros cuadrados estáticos como anteriormente, lleno de cubículos infinitos y pequeñas salas de reuniones.
Las oficinas serán un punto de encuentro para optimizar el trabajo en equipo, los proyectos interdepartamentales, y los acuerdos con otras empresas.
Esa es la clave del futuro de la organización laboral, la presencialidad ha muerto, larga vida a la oficina.
Hay una obviedad que nadie puede discutirme, y que si es así invito al que sea a probarlo: Para crear una cultura en la empresa y en los equipos, para crear un buen ambiente de trabajo en continuo crecimiento, para conocer a las personas y empatizar, para cerrar acuerdos, no hay una forma mejor que hacerlo presencialmente.
Pero lo anterior no significa que debamos estar siempre juntos físicamente.
Antes se viajaba mucho para ver a clientes, se visitaban muchas oficinas para mantener el contacto. Se seguirá haciendo, pero sólo cuando se vaya a obtener un beneficio para ambas partes, para el contacto más habitual las reuniones virtuales van a sustituir a los viajes. Mejor para las personas porque no tienen que estar todo el día viajando, mejor para las empresas porque reducirán costes, mejor para el planeta porque reduciremos las emisiones.
Antes todo el mundo estaba en la oficina, en el futuro el espacio en las mismas para el trabajo individual será una pequeña área del espacio total, que se dedicará a espacios de cooperación. La presencia en la oficina se optimizará para que coincidan al mismo tiempo parte o todo el equipo, obteniendo así el beneficio de la presencialidad. Se hará algunos días a la semana, alguna semana al mes, o una semana cada 3 o 6 meses para alinear a las personas con el equipo y la empresa.
Habrá modelos organizativos en los que cada semana habrá un equipo diferente en la oficina y el resto estará desde casa, optimizando así el beneficio de la presencialidad.
En los modelos anteriores, se reservarán varios días al mes para que todas las personas de los distintos departamentos puedan estar juntas, con cupo máximo, para poder conectar con otros departamentos distintos y así fortalecer la cultura de la empresa.
En los modelos anteriores, habrá salas flexibles específicas para la colaboración en proyectos que involucren a varios equipos, bajo reserva.
En los modelos anteriores, habrá un número de puestos fijos, aunque reducido, para aquellas personas que quieran estar siempre en la oficina. Esto llevará a equipos donde sus personas puedan estar 100% en la oficina, 100% en remoto, o parcialmente en ambos.
En los modelos anteriores, se reservará una semana cada 6 meses o 1 año para realizar eventos offsite que conecten a uno o varios equipos con la cultura de la empresa y la del equipo, pero fuera de la oficina, para maximizar la presencialidad y las oportunidades sociales.
Las viejas oficinas con un pequeño hall seguidas de una hilera de cubículos está tocada de muerte. En su lugar el hall será una carta de presentación de las empresas, amplia, ligera de mobiliario y personas, que dará entrada a espacios abiertos y de desconexión donde se facilitarán las conversaciones en grupos reducidos, que estarán flanqueados por espacios de trabajo espaciosos pero diseñados para maximizar la concentración individual para empleados 100% en oficina y otros espacios más amplios y flexibles para facilitar la cooperación entre los equipos que reserven las salas bajo demanda.
En definitiva, en el futuro de las organizaciones, no mañana, las empresas entenderán que la presencia en las oficinas es necesaria para mantener los lazos entre las personas, los equipos, y con ellos potenciar la cultura y compromiso de los empleados, pero que esta presencialidad será acordada con cada equipo y cada persona de cada equipo, en un ejercicio de maximización de beneficios para todas las partes.
Los espacios serán mayoritariamente reservados para la cooperación temporal, flexibles para transformalos tantas veces como sean necesarios en función de las necesidades de cada equipo, pero habrá zonas más pequeñas reservadas para aquellas personas que quieran trabajar siempre desde la oficina. Para ello, se transformarán físicamente las oficinas actuales y se utilizarán nuevas oficinas satélites más pequeñas para beneficiar la cooperación de los equipos.
En el futuro, la frontera entre el mundo virtual y el presencial será cada vez menor, ya que habrá un punto de compromiso en el que todos obtenga el mayor beneficio.
En el futuro, teletrabajar en la oficina ya no será necesario, a no ser que tú voluntariamente así lo decidas.
Y qué hacemos con los Managers que necesitan controlar la presencia física?
Ayudarles a transformarse para un mundo que ha cambiado, o ayudarles a rellenar los papeles del paro.
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Buen análisis ;)
Ojala llegemos pronto a esta realidad en España, pues con las leyes actuales hay empresas que no dan el paso a la transformación. Mejoramos todos en muchos aspectos de la vida.