Engagement, aka compromiso, dícese del enlace emocional entre una persona y la empresa o equipo para el que trabaja.
Un equipo comprometido es un equipo con futuro
Como ya comentamos aquí, pensar en el largo plazo es clave.
Una persona comprometida busca de forma activa ayudar a su empresa y su equipo para mejorar en distintos aspectos y seguir creciendo, porque siente que está en el lugar adecuado, y por tanto merece la pena esforzarse para que así siga siéndolo.
Un equipo comprometido es un grupo de personas que trabajan juntas con un propósito común, que creen en ellos como equipo y también creen en el propósito que comparten. Un equipo comprometido entiende POR QUÉ hace su trabajo, y le parece significativo. Un equipo comprometido está alineado con los valores de la empresa y con sus objetivos, y pone todo de su parte para ayudar a conseguir dichos objetivos. Un equipo comprometido se siente bien trabajando para la empresa, aunque haya cosas que en ocasiones no les guste, sin embargo en la balanza no tienen la necesidad de cambiar a otra empresa porque ya están bien y visualizan su futuro allí.
Un equipo comprometido es un equipo donde la tasa de rotación es baja, y que por tanto no va a necesitar grandes ajustes; es un equipo que no se va a ver sometido a grandes vaivenes que hagan que el rendimiento parezca una montaña rusa, y además un equipo comprometido facilitará la integración de nuevas personas en el equipo, haciendo la transición mucho más rápida.
Un equipo comprometido tendrá un rendimiento sostenible con el tiempo, y mejorará en base a las conexiones entre los miembros y con la empresa, que facilitará oportunidades y aumento del conocimiento.
Nadie es imprescindible, PERO
Nadie es imprescindible, PERO aquí es dónde valoramos la importancia del engagement del empleado:
Una persona está directamente enlazado con la productividad de tu equipo y con la de la empresa, y además tiene asociado un coste/oportunidad.
Una persona comprometida tendrá una productividad determinada, que será como mínimo aceptable tendente a buena, ya que una persona comprometida con su trabajo no es una persona vaga, porque una persona vaga no se compromete con nada. Una persona comprometida produce un valor superior a su coste por varias vías:
Produce un valor directo a través de su trabajo
Está alineado con la empresa y sus compañeros, cuando haga falta apretar, será la primera persona en hacerlo
Ayudará a la integración de otras personas cuando sea necesario
Propondrá mejoras
Será un portavoz voluntario de la empresa, lo que tiene impacto en el branding de la misma. Personas que le escuchen/lean se verán impactadas por su mensaje, de cara a consumo del producto/servicio o de cara a atracción de talento
Podrá trabajar en otros equipos de la empresa si las habilidades/circunstancias lo permiten, en lugar de buscar fuera, lo que permite que la rueda de entrada de talento, promoción de talento existente siga en marcha. Dejando un importante know-how que transmitir a su sustituto.
Ahora, si lo anterior no te ha convencido mucho, piensa en lo que pierdes si un empleado no está comprometido:
Un empleado no comprometido es más probable que realice un trabajo de más baja calidad, lo que repercute en el valor entregado
Un empleado no comprometido no participará en la las acciones no directamente vinculadas con su trabajo
Un empleado no comprometido no se sentirá unido a sus compañeros, a su Manager y a la empresa, y probablemente cuando haga falta apretar, va a ser el último en apretar, si es que llega a apretar.
Un empleado no comprometido no va a apoyar la entrada de una nueva persona al equipo, y no sólo eso, sino que probablemente va a ejercer una influencia negativa.
Por último, un empleado no comprometido es un empleado que más temprano o más tarde va a terminar dejando su puesto, por lo que habrá que contratar a un sustituto y: Formarlo, practicar, comenzar con productividad baja, aumentar su rendimiento hasta alcanzar un nivel aceptable, aumentar su rendimiento hasta alcanzar un nivel similar al de sus compañeros si es que lo consigue.
Ahora piensa en cuánto tiempo te llevaría formar a una nueva persona tras la marcha de un empleado no comprometido, piensa en la pérdida de productividad y valor que has tenido en ese proceso, y en el tiempo anterior en el que la persona no comprometida ha estado teniendo un rendimiento random. Ahora calcula esa perdida de productividad en cuánto coste se traduce, ahora llora conmigo, y luego establece un plan de acción para aumentar el compromiso de las personas de tu equipo, porque la productividad y valor del mismo está en juego. Por eso es importante medir el compromiso de tu equipo.
Cómo medir el engagement?
Para medir el engagement existen varias herramientas, principalmente encuestas al empleado que evalúan su nivel de compromiso con la empresa, con su Manager, con su equipo y con los compañeros.
No sólo debes evaluar del 1 al 10, para estar alineado con métricas como el NPS, sino también dar la opción de que dejen comentarios, y obviamente debe ser anónima.
A mí me gustan las siguientes preguntas por el valor que te van a aportar:
Sientes que la empresa te apoya y facilita tu desarrollo profesional?
Sientes que tu trabajo es valorado?
Has tenido el soporte y guía frecuente por parte de tu Manager para orientarte y ayudarte a alcanzar los objetivos?
Te sientes parte activa del equipo?
Tu opinión es tenida en cuenta por el resto de tus compañeros y Manager?
Cómo de probable es que cambiaras a otra empresa si te ofrecieran un salario similar?
Cómo de probable es que cambiaras a otra empresa si te ofrecieran un salario +10%?
Luego puedes hacer preguntas de control y otras menos directas, pero con estas medidas cada 6 meses deberías tener un genial indicador de por dónde van los tiros.
Engagement no es felicidad
Una persona comprometida no tiene por qué ser una persona que esté particularmente feliz, no mezclemos términos, porque empezamos a vivir en la dictadura de la felicidad.
Para la mayoría de las personas, el trabajo es sólo un medio para conseguir dinero que se intercambia por bienes y servicios, punto. Y eso no es malo, obviamente es mejor si ves el trabajo como una parte inherente de tu vida que te ayuda a crecer y que complementa a tu vida personal, pero una persona que no lo vea así también puede estar comprometida. Y digo que es mejor no porque realmente lo sea, sino porque objetivamente te vas a sentir mejor si crees que las X horas de trabajo diarias que realices tienen un significado más allá del dinero.
Una persona como la descrita justo arriba, que vea el trabajo como un intercambio servicio/dinero, también puede sentirse comprometida con la empresa, con el Manager o con el equipo. Aunque prefiriera estar en la playa con sus amigos o su familia, o sentado en el sofá viendo la última serie de moda o en el cine con la última peli de Marvel, sabe que trabajar hay que trabajar, y si obviamente realiza un buen trabajo en una empresa donde se siente bien, el desequilibrio vida-trabajo será menor y por tanto no tendrá la necesidad de buscar ningún otro trabajo fuera del actual porque ya se siente cómodo, aunque preferiría probablemente estar haciendo otra cosa.
Pudiera suceder que una persona esté comprometida con una empresa porque tiene acciones de la misma y le interese que estas suban para que su patrimonio también lo haga, y de ahí que se deje la piel en ello. Podría suceder que al contratarle le hubieran dado la oportunidad de su vida porque sabe que en otro sitio no lo hubieran hecho, y por tanto está comprometido con el Manager que lo contrató. Podría suceder que la persona entrara a través de un miembro del equipo y por tanto se sienta comprometida con el grupo. En todas estas situaciones, la empresa, el Manager y el equipo se benefician del compromiso.
Al contrario de lo que pudiera pensar Rafael Santandreu, la felicidad no está en todas partes, y no sólo depende de nosotros, hay muchos condicionantes, sin embargo el compromiso es un concepto diferente, y es el que verdaderamente debe importarnos. Ojalá pudiéramos hacer felices a todos nuestros equipos Rafael, pero es que es imposible, no depende de nosotros, y además la felicidad es sólo un estado transitorio en el que se entra y se sale, con una frecuencia y duración diferente para cada persona.
Trabajar el Engagement es un proceso que no termina
El Engagement comienza en el proceso de entrevistas para reclutar a una persona, haciendo sentir a la persona que está ante una buena oportunidad, donde va a desarrollar un buen trabajo y una buena carrera, y donde se le va a tratar como a una persona, pero es un proceso que no acaba aquí.
Luego en el onboarding a la persona se le debe integrar en el equipo, se le debe hacer partícipe, debe tener voz y aportar valor e ideas. Debe saber cómo lo está haciendo y debe sentirse libre de expresar su opinión y diferir.
Debe proporcionarse un Manager que se preocupe por la persona, su rendimiento y su crecimiento, que le alinee con la empresa y con el equipo.
Debe tener unas condiciones adecuadas donde exista flexibilidad que garantice un equilibrio vida-trabajo para así obtener su mayor rendimiento. Pero también debe tener un salario suficiente para poder desarrollar un proyecto de vida y que esté ligado al valor que aporta.
Se le debe medir por su valor aportado y no por las horas que ha estado delante del teclado.
Y así a lo largo de la vida del empleado en la empresa, en resumen, se deben facilitar unas condiciones que desemboquen en que la persona se sienta parte de algo más grande, en la que en cierta forma disfruta, y que por tanto va a invitarle a ofrecer un rendimiento superior y va a prevenir de una posible marcha a otra empresa.
El compromiso está en cualquier sector, no sólo en los que son tendencia
No pensemos que el compromiso del que aquí se habla está únicamente dirigido a aquellos empleados del sector IT, desarrolladores y demás fauna que ahora es trendy. Es obvio que con ellos, o lo haces o los pierdes, y el coste es muy alto, pero el Engagement es algo que afecta a todos, eso lo aprendí de mi madre.
Una persona comprometida con su trabajo es claramente un plus para la empresa, el Manager y su equipo, da igual que sea un desarrollador, o la persona que limpia el escritorio del desarrollador, o la persona que cuida los niños del desarrollador; cuando uno está bien en su trabajo, sea el que sea, aporta valor sostenible en el tiempo, haciendo que la productividad ligada a la actividad sea adecuada, y creando un contexto de trabajo agradable al que otros se pueden unir.
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