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Human-Centered Management
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Juntos es mejor
Simon Sinek
Claves de un equipo
En cualquier equipo de trabajo hay 3 cuestiones que deberían estar perfectamente definidas (da igual la industria, da igual si presencial, remoto o híbrido):
Identidad compartida
Entendimiento mutuo compartido
Propósito compartido
Hoy vamos a hablar del primero.
Qué es la ‘identidad compartida’
Utilizamos el término ‘identidad compartida’ para referirnos a aquellas personas que se sienten identificadas con un grupo y experimentan una conexión hacia ellos.
Podemos hablar también de ‘cohesión grupal’ como una caracterísitca que permite entender la formación, mantenimiento y buen funcionamiento de un grupo. En las organizaciones resulta clave por la relación directa que tiene en los equipos influyendo en el rendimiento, la productividad, la satisfacción o la moral. Por esto resulta importante favorecer una cohesión facilitadora que permita alcanzar los objetivos planteados, ya que ayuda a las personas del equipo a sentirse mutuamente responsable de esos resultados.
Las relaciones personales son el suelo fértil en el que crecen todos los avances, todos los éxitos, todos los logros en la vida real.
Ben Stein
Si recordáis la historia de los 300 espartanos defendiendo el paso de las Termópilas, podréis identificar la identidad que compartían y cómo esto les hacía elevar la moral y ofrecer un rendimiento contra el que miles de persas no podían igualar. Con este ejemplo, básico, os podéis hacer una idea de la tremenda importancia que tiene en el ejército.
En el campo de la Sociología, podéis identificar esta identidad compartida en fenómenos como la independencia de Cataluña, en la que personas de ámbitos y/o pensamientos muy diferentes, casi opuestos, coinciden en una serie de ideas que formarían su identidad compartida.
Imaginemos el típico equipo en el que cada uno mira por lo suyo, en el que puede haber varios compañeros que miran por el equipo pero donde otros sólo miran por sus propios objetivos o tienen su propia agenda al margen de sus compañeros. No hace falta buscar estudios de investigación para saber que el rendimiento de este equipo no va a ser el óptimo, porque van a existir con total seguridad muchos momentos en los que no todos van a remar en la misma dirección y sentido, o simplemente momentos en los que no va a existir un entendimiento entre las personas. Todo lo anterior hace que el rendimiento no sea óptimo.
Un rendimiento óptimo vendría cuando las personas del equipo trabajan cómodas unas con otras y no existe guerra de egos que aminore el rendimiento.
Pero quién quiere un rendimiento óptimo cuando podemos crear uno superior. Cuando las personas no sólo trabajan cómodas unas con otras sino que además disfrutan de ese tiempo juntas, la manera en la que van a cooperar es muy superior, y por tanto su rendimiento. Los equipos son diversos por naturaleza porque las personas lo son, pero cuando encuentran aspectos comunes que comparten y sobre los que pueden conectar entonces el grupo de trabajo se convierte en un conjunto de personas conectadas trabajando con el mismo objetivo común.
Este es el principio de cualquier secta :) proporcionar a las personas un lugar al que pertenecer. Profesionalmente hablando, es posible hacer sentir a las personas que su equipo es ‘su casa’.
Cuando las personas de un equipo sienten que forman parte de algo común, que resuena en su propia identidad, entonces la suma de sus esfuerzos y su rendimiento será superior.
Cuando un equipo tiene una identidad compartida, se reducen los conflictos, se estandarizan los comportamientos, se incrementa la cohesión y colaboración, y como suma de todo lo anterior, mejora el rendimiento.
Cómo alcanzamos una identidad compartida
La manera en la que lo abordo es doble:
Profesional: Crear una visión, (por qué hacemos lo que hacemos), proporcionar unos objetivos comunes, y lanzar retos que necesiten de colaboración.
Personal: Establecer una serie de rituales que faciliten la interacción entre las personas y a partir de ahí que puedan conocerse mejor y encontrar los puntos comunes.
Café de lunes a primera hora: Todas las personas del equipo cuentan qué han hecho el fin de semana y cómo lo han pasado. Cuentan lo que quieren, obviamente.
Sala de Trabajo: Trabajo en la misma sala al menos 4 horas al día, de lunes a viernes. Mi equipo es híbrido, y por tanto es importante que todos coincidan en un mismo espacio presencial/virtual para que las conversaciones y colaboraciones surjan de forma espontánea.
Viernes Informal: Los viernes a media mañana nos tomamos media hora para hablar sobre nosotros, nuestras aficiones, la música que nos gusta, libros, películas, … contamos anécdotas que nos unen porque conseguimos empatizar a niveles profundos y encontrar puntos comunes que utilizaremos en futuras conversaciones. También reímos y mucho.
Trabajo en común: Cuando la ocasión invita a ello, pido a 2 personas que trabajen en algo común para que así entiendan cómo trabaja la otra persona y también cuáles son sus habilidades y cómo pueden combinar.
Además de los rituales específicos mostrados arriba, hay otra serie de factores que resultan determinantes para mantener y evolucionar la identidad compartida del equipo:
Realizar un proceso de selección muy cuidado, identificando a los candidatos que tendrían encaje en el equipo y que valorase de forma positiva los objetivos grupales.
Integrar de manera efectiva a las nuevas contrataciones en las dinámicas del equipo y la empresa.
Facilitar que las personas puedan trabajar de alguna manera en aquello que más les gusta.
Facilitar el entorno para que las personas del equipo puedan proponer y debatir ideas de trabajo
Dales un propósito, es la mejor manera de tener a distintas personas compartiendo un objetivo.
Al mejor equipo que he gestionado en términos de identidad compartida les metí en vena que eran grandes profesionales, muy buenos, por encima de la media, pero que la gente no lo sabía porque no tenían visibilidad. Les hice entenderlo y les propuse demostrar que éramos el mejor equipo, y no sólo eso, sino que podíamos aportar mucho más de lo que teníamos ‘por contrato’. Lo compraron, que iban a ser tan buenos que no iban a poder ignorarlos. Conseguimos que en la identidad compartida estuviera la excelencia y ambición, pero el pegamento de todo eso era la diversión y el trabajo en equipo. El pegamento era muy fuerte porque encontramos muchos puntos comunes que nos hacían conectar a nivel personal: juegos, videojuegos, humor, familia, incluso política, (aquello que suele estar prohibido). El resultado: varias promociones y gran crecimiento para algunas de las personas del equipo :)
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