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#28 La presión Laboral (II): Por qué lo aceptamos
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#28 La presión Laboral (II): Por qué lo aceptamos

Enseñamos nuestro éxito pero no el precio que pagamos

Hola,

Bienvenidos a Human-Centered Management, una newsletter llena de ideas y buenas prácticas sobre organización, gestión de equipos y liderazgo.

Cita

«Tú tienes poder sobre tu mente, no sobre los acontecimientos externos. Date cuenta de esto y encontrarás la fuerza»

Marco Aurelio

Una historia real

-“hola, menos mal que te cojo disponible”

-“Hola, en realidad me pillas saliendo; voy a cenar con mi madre que es su cumpleaños. Qué pasa?”

-“Tenemos un marrón, no entra ningún pedido, está la actividad bloqueada”

-“Ok, pero sabes que no estoy de guardia, por qué no has llamado al que está hoy?”

-“No coge el teléfono”

-“Perfecto, ya es la tercera vez este mes y como siempre me toca al final a mí. Como te he dicho es el cumpleaños de mi madre y tengo reserva, hoy no puedo”

-“No lo has entendido, está la actividad parada, esto es grave y ya sabes cómo está la cosa”

-“Te he dicho que tengo reserva para el cumpleaños de mi madre, busca al que está de guardia, cuando termine la cena me pongo”

-“Cuánto tardarás?”

-“Calcula 3 horas”

-“Es mucho, intenta que sea menos, ya sabes que valoramos mucho lo que haces”

-“Ok”

Se van a cenar, de mal humor, quejándose de lo mucho que abusan y de lo insostenible de estar así continuamente. La cena no dura más de una hora, su madre lo entiende porque su hijo “tiene cosas importantes que hacer”, pero obviamente no le gusta. Vuelven a la casa, deja a la madre con la tele y se va a encender su portátil y llamar al jefe.

-“Contactaste con el que estaba de guardia?”

-“No lo coge”

-“Como siempre, ya me pongo yo”

-“Gracias”

Sobre las 1:30 am soluciona el problema.

-“ya está solucionado”

-“Gracias, qué era?”

-“Estoy muy cansado, mañana te lo cuento”

Al día siguiente a las 9am de nuevo a la rutina, lo de anoche ya pasó otras veces, y seguirá pasando.

Por qué aceptamos la presión

En el último artículo de la newsletter investigamos cómo hay una correlación entre presión y rendimiento, el papel de los Managers para llevar al equipo a los rangos de presión adecuados y el papel del propio empleado para establecer los límites aceptables.

Tanto la ciencia como vuestros propios ojos os han mostrado en muchas ocasiones que todas las personas podemos soportar la presión hasta un determinado límite, entonces, por qué aceptamos que este límite sea sobrepasado con frecuencia en el mundo laboral?

No nos engañemos, aquí todos trabajamos para ganar dinero. El que diga lo contrario miente.

La intuición nos dice que si hacemos más trabajo, nuestros jefes se darán cuenta y lo recompensarán. La intuición nos dice que si hago el trabajo que nadie quiere hacer, nuestros jefes se darán cuenta y lo recompensarán. La intuición nos dice que si nuestros jefes nos empiezan a pedir tareas específicas a nosotros es porque nos valoran, y por tanto no podemos decirles que NO porque entonces nos penalizarán.

La recompensa primero es una palmada en la espalda, luego un reconocimiento público, luego darte tareas de mayor complejidad en lugar de dárselo a otros compañeros. Si mantienes en el tiempo un nivel alto de compromiso y entrega del trabajo, vendrá la subida salarial. Si mantienes en el tiempo un nivel alto de compromiso y buen trabajo, y además has ido aceptando y ejecutando los marrones que te han soltado y que nadie más quería, es probable que venga el primer ascenso. Con esto hemos comenzado la carrera de la rata.

El trabajo es pura señalización, (signaling). A todos nos gusta decir que estamos super ocupados en el trabajo, que nos han mandado a determinado país a solucionar un problema, que nos han promocionado, que te has comprado un nuevo coche (señalizando también que te han subido el salario). No pasa nada, vivimos en el mundo de la señalización: Instagram, Linkedin… Te haces fotos con los compañeros de trabajo a altas horas y lo compartes, te haces fotos en el destino al que te han mandado y lo compartes con una sonrisa en la cara, te haces fotos desde la ventana de la oficina con vistas y lo compartes con orgullo, te haces fotos con tu nuevo coche y titulas “un premio merecido”, y lo compartes. Quieres mostrar que todo el esfuerzo que estás realizando te está llevando al éxito, y quieres que todos lo vean.

No pasa nada, a no ser que toda esa señalización te está llevando a aceptar una presión superior a tu límite que tal vez te esté conduciendo a situaciones de ansiedad o burnout

Aceptamos la presión extra porque buscamos que nos suban el salario, aceptamos esa presión porque queremos que nos promocionen y nos hagan el jefe de nuestros compañeros. También es posible que aceptemos esa presión porque tenemos que pagar una hipoteca y un coche a crédito y estamos asfixiados.

Nunca hay límite: Primero quieres el aumento de salario, luego quieres ser Manager, luego quieres ser Manager de Managers, luego Director regional, luego Director internacional, luego miembro del Comité de Dirección, luego CEO, luego CEO de una empresa más grande, luego… lo mismo te da por la política.

No eres un superman/superwoman, todos tenemos un límite y debes aceptarlo. No te voy a decir cómo vivir tu vida, pero al menos te pediría que reflexiones sobre si merece verdaderamente la pena vivir soportando la presión que tienes por tener un ascenso, o por tener un coche mejor o una casa más grande.

Si una persona tuviera que ejecutar el papel de Director de Estrategia, de Operaciones, de Ventas, de Marketing, de Producto… obviamente reventaría, por eso cada persona realiza una parte del trabajo de una gran cadena, y debemos esforzarnos en definirlo muy bien para evitar que cualquier puesto, sea el que sea, sufra de sobrecarga permanente.

Todas esas fotos que decíamos anteriormente esconden mucha miseria en un buen número de casos. Enseñamos nuestro éxito pero no el precio que pagamos. A nadie le contamos lo poco que dormimos, las pesadillas que nos despiertan por las noches, o los pequeños ataques de ansiedad que sufrimos en cualquier momento del día; a nadie le contamos las malas contestaciones que le damos a nuestra familia y amigos o que nos quedamos dormidos en el sofá o en el tren de puro agotamiento. A nadie le cuentas que no has podido ir al cumpleaños de tu madre o al entierro de un familiar por encontrarte en un viaje de trabajo que en realidad no quieres hacer.

No contamos la parte oscura del ‘éxito’ profesional porque muy probablemente nos cuestionarían si eso es realmente éxito.

No caigamos en la carrera de la rata:

Tú y sólo tú estableces el límite

A no ser que te encuentres en una situación de precariedad económica importante, no tienes por qué aceptar la presión que muchos Managers arrojamos sobre nuestros equipos.

Piensa en cuáles son tus objetivos profesionales: dinero, promoción, prestigio… pero también el cómo quieres conseguirlo. Marca unas líneas rojas que no se deben sobrepasar para que el éxito no se transforme en desgracia.

Siempre haz un buen trabajo, eso es obligatorio, y ayuda a tu Manager en otras tareas que te solicite siempre que te sea posible en relación con tu carga de trabajo y tareas principales; Si lo que te piden te obliga a estar más tiempo de manera frecuente, o a gestionar situaciones que te llevan a momentos de ansiedad que no sabes afrontar, no tengas miedo y háblalo con tu Manager. Él/Ella debe saber que llevar a las personas por encima de su límite de presión tiene como consecuencia una bajada brusca del rendimiento, y eso no le interesa a nadie.

Aquí veo tres opciones: o sigues como si nada hasta que explotes, o planteas tus limitaciones y pides no sobrepasarlas para evitar explotar, o planteas tus limitaciones y pides ayuda a tu empresa para que te ofrezcan formación que te permita adquirir nuevas herramientas y con ellas gestionar mejor esas situaciones.

Los Managers tendemos a sobrecargar a aquellas personas de nuestro equipo en los que tenemos mayor confianza en que la tarea será realizada con éxito, pero tenéis que decir cuando llegáis al punto en el que ya es demasiado y no podéis gestionar más sin bajar el nivel.

Y es que esa es la clave, podéis aceptar presión hasta el punto en el que identifiquéis que empezáis a bajar el nivel, porque al final por lo que te van a valorar es por cómo lo has hecho, y si empiezas a realizar un mal trabajo, van a buscar a otra persona más fresca que lo haga mejor que tú.


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Management en español. Empresa = Equipos & Personas